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El Gobierno ha decidido rebajar el límite de velocidad en 10 kilómetros para ahorrar combustible. La medida entrará en vigor el próximo lunes y está resultando muy polémica. Afectará a casi 9.000 kilómetros de autopistas y autovía y se tendrán que cambiar unas 6.000 señales.
El cambio ya se ha decidido que se efectuará colocando una superficie imantada que tape la señal y en la que aparecerá el nuevo límite. El coste aproximado de cada “pegatina imantada” varía entre los 30 y los 50 euros (según tamaño).
A los transportistas, que son las personas que más tiempo pasan en la carretera, no les va afectar. Ellos ya tienen su velocidad limitada según el tipo de vehículo y está por debajo de los 110 km/h. El parque móvil de camiones en España supera los 5,2 millones de vehículos (un 18,5% del total). Teniendo en cuenta que son, con diferencia, los vehículos que más consumen, aquí el ahorro energético es cero.
Hasta ahora la medida no parece muy popular y los resultados que se esperan son inciertos. En países europeos cono Holanda y Gran Bretaña se debate hoy mismo sobre la necesidad de subir el límite de velocidad hasta los 130 km/h. El mundo al revés…
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