(clic en la imagen para ampliar)
Desde entonces la zona fronteriza entre ambos países ha vivido en constante tensión y Jartum ha acusado a Juba de ocupar la ciudad de Heglig tras la independencia del país. De fondo, el control del petróleo y en medio (cómo no) China, el mayor inversor en el sector petrolero sudanés. Al gigante asiático le preocupa la situación porque no ve viable económicamente, construir un nuevo oleoducto en el Sur para sacar el petróleo por Kenia y le interesa que Norte y Sur se pongan de acuerdo. Ya se sabe, cuestión de rentabilidad
De momento, Omar al Bashir, presidente de Sudán sobre el que pesan órdenes de arresto internacional por crímenes contra la humanidad (conflicto de Darfur), ha ordenado el bombardeo de zonas de la provincia de Unidad. Ya se han producido los primero muertos, lo primeros heridos, los primeros desplazados. Decenas de miles de personas están abandonando sus hogares para huir de la guerra. El petróleo sudanés se vuelve a teñir de rojo, de sangre, de pobreza…
No hay comentarios:
Publicar un comentario