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La revista “Forbes” ha publicado recientemente un estudio realizado en la Universidad de Chicago donde se considera el trabajo de sacerdote como el mejor empleo del mundo, el más satisfactorio. En la lista le siguen los bomberos, los fisioterapeutas, los escritores… (ver gráfico). En general, trabajos que no están demasiado bien remunerados pero con algo en común: ayudan a otras personas a nivel físico o anímico. Ahora cobra más sentido que nunca la frase de “vivir como un cura” y es que tienen el mejor trabajo del mundo.
Sin embargo las profesiones más odiadas, están bastante mejor remuneradas pero no son vocacionales. En muchos casos estos trabajadores explican que no tienen motivación y que sus jefes no muestran respetos hacia ellos (todo lo contrario que los sacerdotes). Ya se sabe, el dinero no da la felicidad.
Esto ocurre en estados Unidos. No sé si realmente se puede extrapolar a un país como el nuestro. Donde cada vez hay menos seminaristas y la media de edad de los sacerdotes sobrepasa los 60 años. Los bomberos se empeñan en posar en pelotas (casi) año tras año para calendarios que echan fuego. Entrar en fisioterapia es solo para genios, por las notas de corte. Los maestros se quejan de que no tienen autoridad y de que no se les respeta (por no hablar de la huelga en Madrid)…. Debe ser cosa de la crisis
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